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miércoles, 10 de octubre de 2012

Gatos negros


Gatos negros

El gato negro en Europa siempre ha estado marcado por una vieja superstición que se remonta desde mucho tiempo atrás, desde la Edad Media. Pero lo curioso es que esta mentalidad no ha desaparecido con el paso del tiempo, sino que ha permanecido hasta nuestros días, en los que ver un gato negro es para muchos un mal presagio.
Desgraciadamente, es el gato quien ha sido la principal víctima de esta superstición, con resultados para él muchas veces trágicos.
El origen de la “leyenda negra” no es por culpa de los propios gatos. La culpa es de absurdas creencias que relacionaban a este tipo de gatos con el maligno.
Al principio, el gato era un felino salvaje. En Europa, el gato montés de Eurasia estaba muy difundido. Sus ojos verde dorado le llevaron a ser perseguido en la Edad Media, al igual que los hombres que tenían ojos verdes o cabellos rojizos, signos (según se pensaba en esa época) relacionados con el diablo.
Los Cruzados utilizaron a los gatos para luchar contra las invasiones de ratas negras que ellos mismos habían importado en sus barcos traídas de Oriente. El gato se propagó. Se convirtió entonces en el protector del Hombre porque acababa con las ratas portadores de la peste. Durante las grandes epidemias, el gato era un aliado muy valioso.
Sin embargo, en lugar de reconocerle el merito a estos gatos, en Europa el gato negro fue relacionado por la Iglesia a creencias diabólicas. Desde la Edad Media, la Inquisición y la Iglesia persiguieron al gato negro asociándolo con las brujas. La iglesia quería luchar contra los ritos paganos, muy arraigados en la gente, y se inventó la imagen de que el gato era demoníaco. Para la iglesia simbolizaban el mundo de las tinieblas que alejaba al buen cristiano del camino recto. Difundían que participaba en aquelarres y que era la representación perfecta de Satanás.
En 1561 un proceso  acusaba a las mujeres de transformarse en gatas para seguir realizando aquelarres. Estos procesos acababan siempre con la muerte de las acusadas pero también con la de los pobres animales, que eran juzgados como personas
Alrededor del S.XVIII las mentalidades europeas comienzan a evolucionar, aunque lentamente. Esta evolución se debió, sin lugar a dudas, a la importación de Oriente de gatos Angora y gatos Persas. En 1765 se funda la primera escuela veterinaria, una revolución enorme ya que la idea de cuidar a un animal es completamente nueva. El estudio del mundo animal señala el fin de varios siglos de oscurantismo en los que los gatos negros fueron despreciados.  

Durante todo el período del Antiguo Egipto los gatos fueron tratados con el máximo respeto. Para los egipcios los gatos eran unos animales irreemplazables  Para ellos estos animales eran protectores, fieles compañeros, compañeros de juegos, e incluso reencarnaciones divinas.




Los gatos comenzaron a ser domesticados hace más de 4.000 años, aunque no empezó a hacerse para tenerlos como mascotas. El papel de los gatos era el de "protector de los cultivos". El gato recorría los campos y eliminaba sin contemplaciones todas las ratas y ratones que pudieran dañar el fruto del trabajo de los campesinos. Esto hacía que los gatos fueran muy respetados y venerados por todas las clases de la población egipcia.
Para los más pobres el gato era tan importante que incluso en tiempos de hambruna preferían pasar hambre ellos antes que el gato. Para la gente más rica el gato no tenía tan solo esa función. Para ellos estos animales era un entretenimiento y una distracción.
Hablando de la relevancia que tenían los gatos en esta época, es importante saber que el gato es el animal más representado de todo Egipto. En pinturas, estatuas, joyas, etc.
Los gatos eran uno de los pocos animales capaces de acceder al inmenso privilegio de la momificación, igual que los seres humanos. En la mayoría de los casos, las personas más influyentes de Egipto quisieron ser enterrados con ellos, para que los acompañara durante la vida eterna. En Bubastis, una ciudad de culto a la diosa Bastet, siglos después se encontraron miles de momias de gatos.
En el Antiguo Egipto los gatos llegaron a considerarse como sagrados y estaban protegidos por la ley. Por ejemplo, estaba prohibido molestarles e incluso insultarles. Había incluso leyes que prohibían que se pudieran exportar gatos fuera de Egipto. Esta ley estaba penada incluso con la pena de muerte.
El gato se consideró incluso como la reencarnación de los dioses en la Tierra. De hecho la diosa Bastet está representada con cabeza de gato, y es la diosa del amor, de la ternura y también la protectora de la humanidad.